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Para que una instalación fotovoltaica alcance su máximo potencial es preciso que todos sus componentes se encuentren en perfecto estado de mantenimiento. Teniendo en cuenta que están ubicadas en el exterior, y sujetas a las adversidades climatológicas (lluvia, cambios de temperatura, etc) las revisiones periódicas se hacen imprescindibles para comprobar que todo funciona adecuadamente.
Factores de los que dependen los mantenimientos
La mayor parte de las instalaciones de baja tensión no precisan inspección inicial. Sin embargo las de potencia superior a 100 kW o que tienen condiciones especiales de ubicación, como son los locales de pública concurrencia, los locales mojados con potencia superior a 25 kW, piscinas, etc requieren que un organismo de Control (OCA/EICI/ECA) realice la inspección inicial. Lo mismo si se trata de instalaciones de alta tensión.
Se realizan cada cinco años en las instalaciones de baja tensión que requieren la inspección inicial y cada tres en las de alta tensión. En los edificios de viviendas con potencia total instalada mayor a 100 kW se requieren cada diez años.
Para asegurar el correcto funcionamiento de los paneles y garantizar la mayor vida útil de la instalación, es indispensable que disponga de un adecuado mantenimiento de sus componentes.
Las labores de mantenimiento preventivo son:
Comprobar que no existe ningún cristal roto, y que los marcos no presentan deformaciones ni roturas que influyen negativamente en la captación de la radiación solar.
Se realiza la inspección de los soportes y tornillería que sustentan los paneles solares, así como la fijación de la estructura a la cubierta, comprobando que no presenta holguras ni deformaciones.
Consiste en eliminar periódicamente la suciedad acumulada en los paneles, normalmente polvo, excrementos de aves, y sustancias procedentes de la contaminación ambiental. Se realiza con jabón neutro y agua osmotizada, nunca en seco.
La cubierta tiene que permanecer estanca, sin filtraciones, ya que soporta toda la instalación. Se verificará que las juntas estén perfectamente selladas y en caso contrario se repararán.
Se deben revisar todos los componentes eléctricos de la instalación: cuadro de continua, corriente alterna, inversores, sistema de monitorización, etc. apoyándose en las lecturas de datos y la memoria de fallos, se realizarán los recambios de piezas necesarios y la limpieza de los componentes.
En aquellas instalaciones que dispongan de baterías solares, hay que realizar la limpieza periódica de éstas y comprobar el estado de los bornes y de las conexiones. Se recomienda también verificar el estado de carga
Las labores de mantenimiento de las instalaciones fotovoltaicas preparan las instalaciones para su funcionamiento a pleno rendimiento y además garantizan la conformidad tanto en la inspección inicial como en las periódicas.
Dado que este tipo de operaciones pueden suponer cortes del suministro eléctrico, mediciones de tensión y otro tipo de comprobaciones del sistema eléctrico deben ser realizadas exclusivamente por personal profesional con amplia experiencia.
Las verificaciones se deben hacer en las horas de mayor radiación para que la potencia del sistema sea la máxima. Se comprobará la tensión a circuito abierto y la corriente de cortocircuito.
Inspección de los dispositivos de protección ante cortocircuitos y de contactos directos e indirectos.
Uno de los principales indicadores de que el sistema funciona adecuadamente es la comprobación de las caídas de tensión en los diferentes circuitos eléctricos (panel-controlador, controlador-batería, etc.)
Se comprobará que el aislamiento entre cada conductor de tierra y cada dos conductores no sea inferior a 250.000 Ohmios.
Para asegurar la vida útil de las baterías hay que verificar el nivel de electrolitos y proceder a su rellenado. Cada cierto tiempo conviene ecualizar las baterías para devolverle la capacidad de almacenamiento y aumentar su eficacia.
Se medirá la resistencia del terreno en la época más seca para que no supere los valores establecidos y se inspeccionará visualmente el estado de la conexión de la barra, la arqueta y la línea.
Un buen mantenimiento de tu instalación garantiza su correcto funcionamiento, prolonga su vida útil y maximiza su rendimiento.
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